
Colombia tiene más de 32 millones de hectáreas aptas para apicultura según la zonificación de la UPRA

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Colombia tiene 32,6 millones de hectáreas aptas para apicultura, según la zonificación técnica de la UPRA; lo que representa el 75,9 % de la frontera agrícola nacional.
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La publicación permite identificar las mejores zonas del país para desarrollar apicultura, orientar inversión y fortalecer políticas públicas basadas en criterios técnicos y enfoque territorial.
Bogotá D.C., mayo de 2025 (@Minagricultura, @UPRAColombia, @dorairey @alexander_rodr_). Colombia cuenta con 32,6 millones de hectáreas aptas para la producción comercial apícola, lo que representa el 75,9 % de la frontera agrícola nacional, según lo establece la nueva publicación técnica de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA): Zonificación de aptitud para la producción comercial apícola en Colombia a escala 1:100.000. Esta herramienta permite orientar políticas públicas, fomentar la competitividad del sector y planificar inversiones sostenibles en el territorio rural. Los resultados revelan que, en el país, hay:
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🟢 Aptitud alta: 13,69 millones de hectáreas (42 % del total apto)
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🟡 Aptitud media: 7,08 millones de hectáreas (21,7 %)
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🟠 Aptitud baja: 11,83 millones de hectáreas (36,3 %).
“Esta zonificación entrega una hoja de ruta para fortalecer la cadena apícola desde la sostenibilidad, la productividad y el ordenamiento. Es una herramienta que permite identificar oportunidades reales de inversión, consolidar políticas basadas en datos y planificar con enfoque territorial una actividad que es vital para la biodiversidad, los ingresos rurales y la seguridad alimentaria del país", afirmó Dora Inés Rey, directora (e) general de la UPRA.
En Colombia, la apicultura es una actividad arraigada en la agricultura campesina, familiar, étnica y comunitaria que, en los últimos años, ha mostrado un crecimiento significativo. En 2022, se registraron 157.696 colonias y cerca de 3.000 apicultores, y la producción nacional de miel prácticamente se duplicó entre 2016 y 2022, al pasar de 3.228 a 6.376 toneladas. Sin embargo, el consumo per cápita de miel sigue siendo bajo; con apenas 77 gramos por año, lo que evidencia tanto el reto como la oportunidad de fortalecer el mercado interno y consolidar esta cadena como un eje de desarrollo rural y sostenibilidad ambiental.
“La apicultura es mucho más que producción de miel: es conservación activa, economía familiar y tejido social. Este tipo de herramientas técnicas nos permite tomar mejores decisiones sobre dónde y cómo impulsar proyectos que articulen rentabilidad, sostenibilidad y bienestar rural", añadió Alexander Rodríguez, director de Uso Eficiente del Suelo y Adecuación de Tierras.
Los departamentos con mayor superficie total apta son Meta (3,99 millones de hectáreas), Vichada (3,88 millones de hectáreas), Antioquia (2,59 millones de hectáreas) y Casanare (2,29 millones de hectáreas). Por su parte, las mayores áreas con aptitud alta se encuentran en Antioquia, Córdoba, Santander, Cundinamarca y Cesar. A nivel municipal, destacan por su superficie total apta Cumaribo (1,63 millones de hectáreas) y La Primavera (1,3 millones de hectáreas) en Vichada; aunque, en su mayoría, corresponden a aptitud baja. En cambio, las mayores superficies de aptitud alta se concentran en Montería (Córdoba), Cimitarra (Santander), Valledupar (Cesar), Planeta Rica (Córdoba) y Puerto López (Meta).
La publicación destaca que las regiones Caribe y Andina presentan las mejores condiciones para el desarrollo apícola debido a su diversidad florística y características edafoclimáticas. En contraste, en la Orinoquia, aunque existen grandes extensiones de terreno apto, la mayor parte corresponde a áreas con aptitud baja (A3), por su limitada oferta nectarífera y la competencia con polinizadores nativos.
Un análisis integral del territorio
La zonificación combina criterios físicos, socioecosistémicos y socioeconómicos que permiten identificar condiciones ambientales, presiones antrópicas, calidad del hábitat, infraestructura y competencia con polinizadores nativos.
“La apicultura no es solo una alternativa productiva: es una actividad que articula biodiversidad, economía rural y sostenibilidad. Esta herramienta nos da un marco técnico claro para priorizar inversiones, conectar conocimiento con territorio y responder con más precisión a las necesidades de los apicultores colombianos", agregó Renato Baldovino, líder de las zonificaciones en UPRA.
El análisis biofísico destaca altos niveles de aptitud apícola en las regiones Caribe y Andina, especialmente, en el Atlántico, el Cesar, Córdoba, Sucre, Bolívar y Magdalena; así como en el Eje Cafetero, Valle del Cauca, Antioquia, Santander y el altiplano cundiboyacense. En contraste, la Orinoquia, pese a su gran extensión, muestra predominancia de áreas con aptitud baja (A3) debido a una oferta floral limitada y mayores niveles de competencia interespecífica.
Desde el enfoque socioeconómico, la región Andina presenta las condiciones más favorables para la apicultura comercial, desde Cauca hasta Cundinamarca, pasando por Antioquia y Santander. También se destacan zonas específicas de la región Caribe como Córdoba, Sucre y el norte de Bolívar.
Más allá de la miel, la apicultura es el latido silencioso que sostiene los cultivos, la biodiversidad y los saberes rurales de Colombia. Cada colmena representa una alianza entre naturaleza y agricultura, entre pequeños productores y el equilibrio de nuestros ecosistemas. Fortalecer esta cadena es sembrar futuro: es proteger las abejas, mejorar los ingresos de miles de familias y garantizar alimentos para el país.
Con herramientas como esta zonificación, entendemos que planificar el territorio es también cuidar lo invisible que sostiene la vida en el campo. Es reconocer que, al trabajar juntos, hacemos posible avanzar hacia una Reforma Agraria real y transformadora para Colombia.